La historia de Jessica
Jessica Green llevaba viviendo con un corazón dañado desde que tenía uso de razón. A los 15 años le diagnosticaron cardiomiopatía y con solo 21 ya tenía un marcapasos. Pero Jessica nunca se dejó frenar por esta situación. Corría y jugaba al vóleibol y al baloncesto sin problemas. Pero justo antes de su 29 cumpleaños, todo cambió de golpe.




Los médicos de Montefiore descubrieron que el corazón de Jessica estaba funcionando a un cinco por ciento de su capacidad.
“Su supervivencia y su calidad de vida pasaron a ser cosa de semanas, o de meses en el mejor de los casos”.

La única posibilidad de supervivencia de Jessica era implantarle inmediatamente un dispositivo de asistencia ventricular izquierda (LVAD, por sus siglas en inglés); es decir, una bomba mecánica diseñada para ayudar a su corazón debilitado a impulsar la sangre por todo su organismo.


El LVAD cambió drásticamente la vida de Jessica. Dejó de sentirse débil y fatigada, y pudo volver a hacer casi todas sus actividades favoritas. Incluso empezó a ejercer como voluntaria en Montefiore, asesorando a pacientes con los mismos problemas de corazón que ella.


A pesar de que la salud de Jessica mejoró drásticamente, el LVAD era una medida provisional. La única solución permanente era recibir un trasplante. Pero antes de que pudiera incorporarse a la Lista Nacional de Trasplantes, tendría que perder peso.

“Sabemos que la obesidad mórbida es un problema para los pacientes trasplantados. Por eso todos los programas de trasplantes tienen un límite, un corte a partir de un índice de masa corporal (BMI por sus siglas en inglés) determinado. Por encima de ese corte no ofrecemos trasplantes. Pero Montefiore cuenta con un equipo de nutricionistas y fisiólogos del ejercicio que ayudan a los pacientes a perder peso. Y si eso no funciona, también podemos ofrecer cirugía bariátrica diseñada para reducir el tamaño del estómago del paciente y así conseguir que pierda peso. En Montefiore contamos con el programa de cirugía bariátrica más amplio del país; el año pasado realizamos más de 1,300 intervenciones de este tipo”.

En cuestión de meses, Jessica perdió más de cien libras y su nombre se incluyó en la lista nacional de trasplantes de corazón. Y tras cuatro largos años de espera, Jessica acabó recibiendo el corazón plenamente funcional con el que siempre había soñado.

“Soy muy afortunada de haber tenido esta segunda oportunidad. Estoy muy agradecida. Y muy feliz. Gracias, Montefiore”.
Conozca al Dr. Daniel Goldstein
Profesor, Cirugía Cardiotorácica y Vascular
Vice Chairman, Cirugía Cardiotorácica y Vascular,
Director, Programa de Asistencia Mecánica
Codirector, Centro de Terapia Cardíaca Avanzada
Director Quirúrgico de Trasplante Cardiaco